Un equipo de GHA se desplazó a Haití a finales de Marzo de 2012. Una vez en el aeropuerto, se dirigieron hacia Mirebalais (Marouge). La casa se terminó hace ya algunos meses. La actividad en el lugar es intensa (escuela, música …)
Los trabajos han sido realizados correctamente, los sanitarios funcionan y hay electricidad. El día siguiente a la llegada, el equipo visitó la escuela de Fejat Marouge que utiliza los locales de la iglesia que se construyó hace 2 años.
Dos profesores comparten el edificio para 2 clases: una para parvulario y otra común para los cursos de primaria.
Las clases se imparten todos los días de 9h a 13h excepto sábados y domingos. Dos veces por semana, hay una clase de alfabetización al mediodía. Al final del día, las corales vienen a ensayar.
En la escuela de Domont, las cosas son un poco más difíciles. Los locales que servían de salas para las clases, han sido retomados por el propietario. Ahora, las clases, tienen lugar al aire libre, bajo toldos, sin mesas, pero los cursos continúan.
Se están haciendo gestiones para comprar un terreno donde construir la escuela. Sin tener un lugar fijo, no es posible adquirir mobiliario escolar. En la escuela hay sesenta niños. Uno de los grandes problemas encontrados en las clases de Marouge o de Domont es respecto a la alimentación.
Muchos niños asisten a la escuela con el estómago vacío, lo que les provoca dificultades de concentración. Un proyecto de alimentación para los escolares se intentará llevar a cabo paralelamente a la escuela de agricultura (ver más abajo). Se trata de dar una comida a los niños a la llegada a la escuela (un cereal y una leguminosa) y de incluir una hora de trabajo en el huerto de la misión para hacer crecer lo necesario para su comida y motivarlos así para que planten en sus casas.
En Marouge, la construcción del orfanato está preparada para empezar. Antes de la llegada del equipo, los obreros haitianos que habían sido formados en la construción en tierra, fabricaron todos los ladrillos de adobe necesarios para el edificio.
La obra empieza rápidamente
. La base se fabrica en ladrillos de cemento. Y rápidamente se apilan los ladrillos de adobe.
Con un fin pedagógico, el constructor del equipo les pide que esperen antes del encalado. Es la estación de lluvias y llueve cada día, a veces violentamente. A pesar de la lluvia, los muros de arcilla resisten, y los miedos inherentes a las malas experiencias del pasado desaparencen. Los postes son ligados según las normas parasísmicas.
El techo se realizará en chapa anti-huracán y servirá para alimentar de agua el nuevo depósito que se añade al precedente de 95m3. El agua es un producto precioso allí y la lluvia cae cada vez menos a menudo y cada vez más fuerte.
Una de las grandes ventajas del altiplano central en Haití es que abunda la arcilla. Se ha iniciado un proyecto de construcción de casas en arcilla para famílias muy pobres.
Toda la familia habita en esta pequeña cabaña.
El padre de familia (a la izquierda en la foto) ha construido ya una parte de los cimientos de su casa, pero no pudo continuar por falta de medios. GHA le propuso construir su casa en arcilla y paja. Una visita a la obra del orfanato le entusiasmó. Va a iniciar el trabajo de:
- extraer la arcilla alrededor de su casa
- fabricar ladrillos de adobe
- montar los ladrillos
La Asociación le dará asistencia técnica por medio de uno de los trabajadores que han participado a la construcción de la casa y del orfanato y le proveerá de un techo en chapa anti-huracán.
Se ayudará también de la misma forma, a construir su casa, a otra familia de 10 personas.
En Puerto Príncipe, el equipo visitó el orfanato que había sido ya ayudado en 2011 para que pudiesen reinstalarse después del terremoto.
Una veintena de niños viven en el orfanato y siguen también cursos de alfabetización.
La Asociación ha participado en las necesidades más urgentes del orfanato (alimentos).
Se visitó también a una familia que había sido ayudada después del terremoto en Puerto Príncipe.
La casa fue reconstruida y la madre se ocupa de un pequeño comercio que le permite ayudar a las necesidades indispensables de la familia.
Se ayudó a otro orfanato en el altiplano central en Peligre.
Se compró una cocina, camas para los niños y arroz. En el futuro, existe un proyecto de crear un huerto suficientemente grande como para alimentar a los niños del orfanato.
Entre tanto, las cosas avanzan en Marouge.
Se ha abierto una clase de agricultura al mismo tiempo que se ha creado un huerto. Un ingeniero agrónomo se encargará de hacer las plantaciones y de formar a las personas interesadas.
Debido a las precipitaciones, se necesitará un invernadero para el semillero. Las semillas han sido donadas por la Asociación Kokopelli.
La finalidad es hacer crecer el máximo de plantas para redistribuir las semillas gratuitamente entre todos los que deseen plantar. Todas las variedades serán fecundadas. Para el huerto, es indispensable un cercado, se realizará con ramas de árboles que seran repicadas y con cactus, una especie llamada «chandeliers» (candelabros).
Se ha comprado una furgoneta pick up para los despazamientos del pastor de la misión (Puerto Príncipe, Mirebalais, transporte de material, etc…) así como para las necesidades del orfanato. Mecánicos de la comunidad asegurarán el mantenimiento.
Y antes del regreso del equipo, el constructor dió un curso de construcción en tierra centrado en la Voûte Nubienne.